El humano es un ser gregario, eso muchos lo sabemos y aunque no, lo llevamos
a cabo como instinto propio, nos sentimos bien con un grupo que comparte
ciertos gustos, sueños o metas.
Como con pequeñas llaves con las que podemos abrir puertas de
distintos grupos sociales (creo yo, así lo imagino) como un gusto musical, una
costumbre alimenticia, algún dogma o hasta sexualidad, por no mencionar muchos
etcéteras más.
A veces una misma llave puede abrir la puerta de más de un grupo social o incluso,
una persona. Hay quienes guardan sus llaves toda una vida para ellos mismos y
las usan para cosas que, yo al menos, jamás sabré, veré o tal vez, en un
futuro, leeré. Qué estúpido y egocéntrico sería pensarme como alguien que no
posee una llave que pueda abrir por completo la puerta a esos mundos, por el
simple hecho de creer no pertenecer al 100% a ninguno, de ser y estar
relativamente en constante discrepancia con mis propios gustos, de hacer la
guerra con el mismo pedernal que usé para encender mi amor por un gusto que
ahora es pasajero o que la verdad, no sé si apenas viene o va.
Qué pasa con esas personas que podemos soltar con facilidad esa moneda de
oro que nos hizo brillar algún día y después, sin piedad, seguir caminando y no
voltear hacia atrás por respeto o simple homenaje a lo que fue y no será. A la
mierda sus ataduras, yo no soy de nadie si no he partido en más de un pedazo mi
pan de cada día, es porque mi llave aún no está lista para ti, ni para ti. Puede
que lo parezca, pero no lo es. Cuando de verdad sea de alguien, mi universo y
el suyo harán implosión y la experiencia será saboreada por los paladares que
estuvieron formados a la vuelta de la esquina, expectantes.
Mi llave abrirá muchas puertas pero nunca por completo, a eso estoy
destinado por ahora, a esa maldición estoy atado. Cerrar, abrir, azotar, vagar,
ordenar, entrar y volver a salir, se siente bien, tengo mis llaves y puedo
abrir puertas, tocar puertas, esperar, irme y cerrar las mías porque aunque aún
no tengo el control de ellas, sé de su existencia; No tengo el equilibrio sobre
la cuerda pero tengo la cuerda, algunos no resisten la presión y se la atan al
cuello. Otros esperamos a saber amarrarla, tensarla y caminar sobre ella solos,
acompañados o cargando a alguien, pero siempre, SIEMPRE, con nuestras llaves en
la bolsa.
El ser humano es gregario, pero aún debe aprender a abrir y cerrar puertas
con sus llaves.
Les comparto ésta canción de uno de mis cantautores favoritos :')