¿Qué buscas bebé?

domingo, 25 de octubre de 2015

Textos de vagón p.1


El humano es un ser gregario, eso muchos lo sabemos y aunque no, lo llevamos a cabo como instinto propio, nos sentimos bien con un grupo que comparte ciertos gustos, sueños o metas. 

Como con pequeñas llaves con las que podemos abrir puertas de distintos grupos sociales (creo yo, así lo imagino) como un gusto musical, una costumbre alimenticia, algún dogma o hasta sexualidad, por no mencionar muchos etcéteras más. 



A veces una misma llave puede abrir la puerta de más de un grupo social o incluso, una persona. Hay quienes guardan sus llaves toda una vida para ellos mismos y las usan para cosas que, yo al menos, jamás sabré, veré o tal vez, en un futuro, leeré. Qué estúpido y egocéntrico sería pensarme como alguien que no posee una llave que pueda abrir por completo la puerta a esos mundos, por el simple hecho de creer no pertenecer al 100% a ninguno, de ser y estar relativamente en constante discrepancia con mis propios gustos, de hacer la guerra con el mismo pedernal que usé para encender mi amor por un gusto que ahora es pasajero o que la verdad, no sé si apenas viene o va. 



Qué pasa con esas personas que podemos soltar con facilidad esa moneda de oro que nos hizo brillar algún día y después, sin piedad, seguir caminando y no voltear hacia atrás por respeto o simple homenaje a lo que fue y no será. A la mierda sus ataduras, yo no soy de nadie si no he partido en más de un pedazo mi pan de cada día, es porque mi llave aún no está lista para ti, ni para ti. Puede que lo parezca, pero no lo es. Cuando de verdad sea de alguien, mi universo y el suyo harán implosión y la experiencia será saboreada por los paladares que estuvieron formados a la vuelta de la esquina, expectantes. 



Mi llave abrirá muchas puertas pero nunca por completo, a eso estoy destinado por ahora, a esa maldición estoy atado. Cerrar, abrir, azotar, vagar, ordenar, entrar y volver a salir, se siente bien, tengo mis llaves y puedo abrir puertas, tocar puertas, esperar, irme y cerrar las mías porque aunque aún no tengo el control de ellas, sé de su existencia; No tengo el equilibrio sobre la cuerda pero tengo la cuerda, algunos no resisten la presión y se la atan al cuello. Otros esperamos a saber amarrarla, tensarla y caminar sobre ella solos, acompañados o cargando a alguien, pero siempre, SIEMPRE, con nuestras llaves en la bolsa. 



El ser humano es gregario, pero aún debe aprender a abrir y cerrar puertas con sus llaves.

Les comparto ésta canción de uno de mis cantautores favoritos :') 

Jorge Drexler - Las transeuntes