Una pregunta que muchos países la pueden contestar con alegría y esbozo. En mi caso, me gustaría poder contestar esa pregunta sin sentir vergüenza o tristeza, me gustaría que alguien extranjero se quedara callado al hablarle de las maravillas que existen en mi país y lo hermoso de su gente; aunque hoy no se pueda porque a mi país ya lo conocen todos en todo el mundo, es muy conocido y su historia también. Mi país es parte de portadas de revistas, páginas completas de periódicos, bloques enteros en noticieros de televisión, pero no por una hermosa razón. México está salpicado de sangre y herido de gravedad.
Eso es lo que pienso todos los días al leer las noticias más relevantes de mi país, una tras otra no dejan de desilusionarme y robarme el aliento. Desde hace más de 30 días una noticia ha sacudido a la prensa internacional y organizaciones internacionales. El epicentro; Ayotzinapa, Guerrero, que hasta hace unos meses no presentaba mayor atención e interés hasta que 6 muertes y 43 desaparecidos estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos salieron a la luz. Los responsables; ¿La policía? ¿El ejercito? ¿El narco? ¿El gobierno estatal o municipal? Todos apuntaban a todos y algunos decidieron deslindarse de su cargo como el Gobernador del Estado y otros uían.
Marchas, protestas, vandalismo, movimientos masivos estudiantiles en todo el país han hecho acto de presencia para exigir justicia y resultados a los 43 desaparecidos y los responsables de todo este teatro moribundo. Un presidente disperso y un pueblo poco unido a excepción de pocos son la fórmula perfecta para que después de largos 33 días se encontrarán pistas de unas fosas con cuerpos que resultaron no ser de los alumnos, entonces, más muertes y aún seguíamos esperando resultados que al final apuntan a un posible asesinato colectivo y al final una muerte dolorosa entre llamas.
Me gustaría regresar cuando niño, y dejar mis padres se preocuparan de la situación del país. Ahora tengo 20 años y muchos de mis amigos mayores se preocupan menos que yo por toda estas barbaries, con todas estas facilidades que tienen los gobernantes de un pueblo frágil, de un México apático en pleno siglo XXI, de una juventud "informada" por las redes sociales llenas de morbo y ciega por las novelas refritas y vomitadas por productores de una empresa televisiva comprometida con la pendejez.
"Oye, eso a mí no me importa, no me afecta en nada". Claro, tan sólo en éste gobierno se suman más de 23 mil muertes del 2012 a 2014 y un promedio de 17 desapariciones cada día, en su mayoría tomadas con poca o nada de importancia por todos, hoy existe descaro y muchos lo presenciaron, reclamaron y movilizaron en razón de no callar ni soportar más dolores de cabeza y miedo al salir de casa.
En un México en el que desaparecen decenas al día y se mata a estudiantes sin ton ni son, el país se ha convertido en un campo de batalla, en donde sólo los valientes se defienden y son acribillados. No puedo generar un conclusión concreta porque no la hay y no la habrá hasta ver hacia dónde se mueve nuestro país, nuestra nación colorida, y hasta que el pueblo se percate de que somos millones abajo contra cientos de arriba y tenemos la capacidad de cambiar las riendas de la nación.
Fuerza.